Fue dibujado en un papel en blanco, le dieron ojos, oídos, cabello, un tronco, brazos y piernas, aunque no fue pintado ya irradiaba colores. Luego fue recortado de su mundo y llevado siempre entre las hojas del cuaderno, cuando ya paso el tiempo fue doblado y llevado en la billetera, pero entre los billetes de mil pesos fue botado sin querer y su cuerpo e historia se deshicieron en una poza de agua.
